Diana, la cazadora, en pleno DF-Ciudad de Mexico, insolitamente en el DF ¿Por que digo insolitamente? Pues porque al estar en Grecia no vi ni una sola estatua actual de ningun dios antiguo. Habia si, un sinfin de reproducciones tipo «todo por un dolar» y alguna que otra ruina en un museo… ¿Pero una estatua moderna de un dios antiguo? Pues no.
Esta historia comenzo en Barcelona. Terminaba de dar talleres de Conexion con el Alma y una iniciada me pidio si podia atender a su hija de 15 años antes de viajar a Roma al dia siguiente. Acepte pero le dije que para poder ingresar en la frecuencia si no le molestaba, utilizaria cartas. No suelo utilizarlas, es mas, nunca pude aprender a leer cartas… Me parecio siempre tan tedioso memorizar significados!! que cuando las tenia supuestamente sobre una mesa en una tirada, creo que hubiera entendido mejor un escrito en idioma mandarin, que a las dichosas cartas. Asi ocurrio hasta que comence a ver.
En esos dias tenia conmigo un mazo de 33 cartas de astrologia caldea. Cartas rarisimas que mis guias me inducian a ver para que hallara en ellas la luz tras la oscuridad que mostraban a primera vista.
Medio dormida y con mi cuerpo que comenzaba a distenderse luego de un dia intenso, saque una carta. Nunca olvidare… Era una barcaza como la del barquero Caronte navegando sobre el Estigia en busca de un alma hacia su viaje final, en medio de la noche de luna llena. Mire la carta y de pronto vi emerger de ella la figura de una joven mujer de unos 50 cm de alto, que una vez erguida, extendio su arco y apunto con su flecha en una direccion. Escuche una voz que me decia: Es Diana.
Fue la primera vez que conecte con la frecuencia de los dioses del Mundo Antiguo. Supe que esa joven que me consultaba era como ella: donde ponia el ojo ponia la flecha, trasladado a ella, cuando le gustaba un chico, lo perseguia. Sin embargo intui que habria mas. De Roma vole a Mexico donde di un taller de Abandona el Laberinto. Alli una iniciada comento sobre sus perros que vivian peleandose entre si, me volvieron a hablar de Diana y los perros que la seguian cuando iba de caza…
Comence a atar cabos viendo el reflejo de los relatos externos en la dinamica interna. Al comentarlo me dijeron que habia una estatua de Diana en el DF. Me parecio increible… Sin embargo al dia siguiente cuando paseaba por la zona rosa, me tope con esta estatua que la foto muestra.
Fue el inicio de un derrotero de años navegando por el conocimiento multidimensional donde dioses romanos y griegos instruian a los hombres que buscaban abandonar el mitico laberinto de la Isla de Creta.
Brinda Mair