A mi regreso del Sinai me encontre con El Cairo en silencio, la ciudad estaba desierta. Luego de haber experimentado todos los dias el bullicio normal de la ciudad, el encontrarme con la ciudad vacia, presagiaba los aires de revolucion que soplaban en Egipto en esos dias. No estaba equivocada.
Uds no tienen idea la cantidad de gente que llena normalmente este lugar. El transito en el Cairo es desorganizado, al punto de ser caotico. Al caer la tarde, las calles se ven invadidas de vendedores informales que arrastran sus percheros con ropa cruzandose sin reparos delante de los autos mientras van llenando los carriles dejando uno solo para que circulen los vehiculos que no tienen mas remedio que ir a paso de hombre. La gente ve esta situacion como algo normal.
Despues de las seis de la tarde, las calles se ven invadidas por centenares de personas. Las bocacalles se cierran y se llenan de mesitas ocupadas por hombres fumando y bebiendo en cafes improvisados. ¿Mujeres o familias? Casi nada.
Sin embargo, este dia a mi regreso de Dahab, me encontre con la ciudad desierta. Habiendo visto las imagenes anteriores, encontrarme con la ciudad vacia, crei que eran los aires de revolucion que soplaban en Egipto en estos dias. Pero no. El taxista que me trajo desde el aeropuerto me dijo que era normal los dias viernes tal como un domingo en otros lugares.
La foto muestra la imagen de la calle desde la ventana de mi hotel. Al bajar, solo encontre a este vendedor de papiros y recuerdos turisticos que gentilmente poso para foto.
Brinda Mair